Cómo defenderse de un acta administrativa

En muchos centros de trabajo es común escuchar sobre las famosas actas administrativas. Estas son documentos internos que las empresas utilizan para dejar constancia de una conducta, falta o incumplimiento por parte del trabajador.

Cómo defenderse de un acta administrativa

A simple vista, pueden parecer un trámite menor, pero la realidad es que una acumulación de actas puede servirle al patrón como justificación para sancionar o incluso para despedir al trabajador. Por eso es fundamental que sepas cómo reaccionar si te toca enfrentar una situación de este tipo.

Lo primero que debes saber es que el acta administrativa no significa automáticamente que tengas la culpa ni que quedes en desventaja frente a la empresa. Se trata únicamente de un documento que refleja la versión del patrón o de quien la redacta, y que generalmente busca dejar un antecedente. Ahora bien, si la falta que cometiste realmente existió, por ejemplo, llegar tarde de manera comprobable, ausentarte sin permiso o incumplir alguna norma clara del reglamento, lo más recomendable es firmar el documento. Esto demuestra disposición y seriedad, además de que puede servirte para después corregir la situación y evitar que se acumule un historial negativo.

Sin embargo, también es muy común que las actas administrativas se usen de forma arbitraria o injusta. Puede pasar que se te acuse de algo que no hiciste, que se exagere un error o que simplemente se trate de un mecanismo de presión por parte de tus superiores o del área de recursos humanos. En estos casos, lo más importante es que sepas que no tienes por qué quedarte callado ni aceptar todo lo que se redacte en tu contra. Tienes derecho a defenderte y a dejar asentada tu versión de los hechos.

Una herramienta muy útil es que, si se te presenta el acta administrativa para firmarla, puedes hacerlo de tu puño y letra, agregando un apartado donde aclares lo que consideres necesario. Por ejemplo, podrías anotar: “No estoy de acuerdo con lo asentado en este documento” o “La falta que se me imputa no corresponde a la realidad”. Esto le da validez a tu firma, pero al mismo tiempo deja constancia de tu postura como trabajador. De esta manera, si en un futuro la empresa intenta usar esas actas en tu contra en un juicio laboral, ya existirá un antecedente que muestre que tú no estuviste conforme con lo que se escribió.

Si no se te permite expresar tu versión, si no te dan la oportunidad de escribir tus comentarios o simplemente se te quiere imponer el documento sin escucharte, también tienes derecho a negarte a firmar. Nadie puede obligarte a poner tu firma en algo con lo que no estás de acuerdo. En esos casos lo más recomendable es mantener la calma y solicitar apoyo inmediato, ya sea de un representante sindical si lo tienes, de la autoridad laboral o bien de un equipo de abogados laborales que te asesore.

Recuerda que el objetivo de las actas administrativas no debe ser hostigar ni intimidar, sino servir como un registro claro de la vida laboral dentro de la empresa. Por lo mismo, si notas que este mecanismo se está utilizando para perjudicarte o para fabricar un motivo de despido, es mejor que tomes acción y busques ayuda profesional antes de que la situación escale.

En Jurify creemos que los trabajadores merecen un trato justo y digno en sus centros de trabajo. Si te enfrentas a un acta administrativa injusta o necesitas orientación sobre cómo responder de manera adecuada, puedes comunicarte con nuestro equipo al 664-404-5640. Estamos para escucharte y ayudarte a encontrar la mejor solución legal.